¡STOP!

Por si alguno sigue esto asiduamente, últimamente el fluir de los post se ha secado cual embalse hispano. A falta de un trasvase (o como lo queramos llamar) de ideas, supongo que toca una época de paron, básicamente para tomar carrerilla y volver al buen ritmo.

Ahora en serio, últimamente tengo demasiados quehaceres pendientes en la vida detrás de la pantalla, pero en un par de semanitas a ver si retomo el blogeo continuo.

Lo que no quita que en un descansito pueda poneros algo por aquí, ¡permanezcan en sintonía!

DOLORES

Me tomaba yo un cafetito en mi terracita cuando una tropa de niñatos aspirantes a OT torturaron mis, ya maltratados de por sí, pobres oídos. La elección de la gramola de los horrores era la canción de Lola (que no sé ni si se llama así, pero es la única parte que nos sabemos en este país de cursillos opening y demás) a sugerencia de algún anunciante que se ha quedado sin, al menos, un consumidor.

Todo esto ha servido para que me viniera a mi cabeza una de las peores versiones de ese tema, aquí os va:

TONGUE IN CHEEK

Dicen que el amor no entiende de lenguas, dos personas que hablen dos idiomas distintos no tienen porque hacerse. Tampoco entiende de religión, ni de raza, ni de edad, ni de clases, ni de equipos de fútbol, ni de programas de tele favoritos, ni de, por lo visto, nada. ¡Con tanta falta de criterio que tiene Cupido luego nos extrañamos cuando las relaciones salen torcidas!

VIADUCTO

La semana pasada la pregunta del millón en la oficina del DNI era “¿abrís este viernes?”. La respuesta era que “sí” (dicho en un tono más helado que frío). Ante lo cual ellos no podían reprimir su alegría (cabrones) “¡Oh, Dios! Pues que bien, voy a poder hacerles el pasaporte a mis churumbeles!”. Llegado el viernes lo de “que bien” pasó a un “qué mierdas es esta pedazo cola” (nota curiosa: mi corrector de word no reconoce la palabra mierda y sí popó, ¡que finolis!).

Dicho lo cual no os aconsejo aprovechar que un puente está abierto algo para hacer un tramite, porque hay más gente que en la playa. Os diría eso de que os den permiso para hacerlo en un día de trabajo, pero claro como los jefes en este país son taaaaaan “comprensivos”. Eso sí, si cuela lo de que os dejen en un día laboral... ¡aprovechad! Que los días de puente están para disfrutarlos y no para chuparse colas.