lunes, 23 de febrero de 2009

BOCATA DI CARDINALE

Es una cuestión de estadística, todas las clases de párvulos tienen una especie de Ralph Wiggum que se pirra por devorar los rotuladores. Se desconoce cuál es el motivo evolutivo por el que dicho personaje siente una necesidad de cubrir sus carencias dietéticas a base de cariocas y plastidecor varios. Lo que sí se sabe es cuál es su manjar predilecto, la joya de la corona de dicho gourmet particular: ¡una goma de borrar Milan! ¿Quién no ha sido seducido alguna vez, ante la proximidad de un almuerzo que no llega en plena clase de historia, por ese aroma que destila, que te hace pensar que quizás está hecha de nata, tal y como indica el texto que lleva escrito?

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