viernes, 31 de diciembre de 2010

LA NOCHE QUE MATAMOS EL AÑO

Quizás la absurda tradición de desearnos un feliz año nuevo es que, a fin de cuentas, no tenemos nada que perder a estas alturas por felicitarlo (quién sabe lo qué nos deparará este misterioso 2011 que recién nos llega)... así que... ¡daos por felicitados!

jueves, 23 de diciembre de 2010

CONTRAPROGAMACIÓN

No hay nada como mirar la programación de la tele como para que te den unas ganas terribles de salir a dar una vuelta.

Saludos.

martes, 21 de diciembre de 2010

DEUX EX MACHINA

En el último número de los Guardianes de la Galaxia teníamos una escena en la que el malo maloso, que posee tantos poderes que la editorial ya no se esfuerza en enumerarlos, felicitaba a sus contrincantes por conseguir plantarles cara con los pocos recursos de que disponen. Esto me hizo reflexionar que quizás lo que haga que este cómic en particular me guste (aparte de disponer de un personaje que es un mapache con unos pistolones enormes) sea eso.
Cuando era un crío recuerdo que tenía una libreta en la que dibujaba supuestos superhéroes y villanos invención propia (era así de mono, lo sé). En una de estas se la enseñe a mi tío, el que me había iniciado en este mundillo, y le explicaba los poderes que tenía cada uno y demás. Así que cuando llegué a uno que tenía literalmente TODOS los poderes (sí, la originalidad no era mi fuerte) mi tío me comento que ese tipo no podía ser uno de los buenos, como mucho uno de los malos.
Es decir nos gusta que los buenos ganen, pero que no lo tengan fácil. Queremos ver a un John Macklein arrastrado por fango con la camiseta de tirantes sucia de alquitrán, a un Indiana Jones arrastrado varios kilómetros por un tanque alemán, a un pueblo galo resistiendo a la inmensidad del Imperio romano (aunque lo de la poción mágica les resta un poco de merito), en definitiva ¡queremos que se ganen el sueldo! ¡Nada de caballeros de brillante armadura y pelo pantene que se mantienen igual de principio a fin!

domingo, 19 de diciembre de 2010

LLUVIA

Lo siento por la industria del paraguas, pero servidor siempre se los comprará en el todo a cien de debajo casa. ¿Motivos? Alguien pensará que, bajo el diminuto cono que conforma el minúsculo paraguas se puede ir más arrimado a las incautas que deciden acompañarme bajo la lluvia. O tal vez, el hecho de que plegadito sea tan pequeño, permite usarlo más como talismán antilluvia (comprobado, día que lo llevo en la mochila, el sol me funde todas las nubes, día que no lo llevo, poco más y llueven ranas). O quizás disfrute cuando uno de sus alambres sueltos amenaza con llevarse un ojo de algún transeúnte.

Pues, ojala. Eso significaría que ahora mi viejo paraguas de todo a cien no estaría perdido en el limbo junto con algunos pares de calcetines a los que perdí la pista.

PD: Sí, ayer me volví a dejar el paraguas en algún sitio. Si alguien lo encuentra ¡que tenga cuidado con los ojos al abrirlo!

jueves, 9 de diciembre de 2010

¿SE ME VE LA ETIQUETA?

El tres por uno en gafas me va a matar. Soy un indeciso, ya me cuesta elegir una, elegir tres es una tarea titánica. Lo fácil es descartar las que no quiero. Las que llevan la marca enorme y bien clarita, si algo odio es sentirme como un conductor de fórmula uno. Se lo comento a la dependienta la cual me apunta que precisamente, esas que detesto, son las más caras. ¿Qué extraña perversión lleva a la gente a convertirse en hombres anuncio? No son sólo las gafas, por todas partes veo bolsos con la silueta de un oso, polos con reptiles y franjas de calzoncillos con el nombre de una persona que no corresponde a la que los viste (anotación que no tiene nada que ver con el tema: je, esto me recuerda cuando de pequeños las madres nos cosían las iniciales en las etiquetas, ¿lo harán las de ahora?). No lo entiendo, la gente que hace publicidad lo cobra y bien, vosotros no sólo no veis un duro por ello sino que encima pagáis un plus.