jueves, 9 de diciembre de 2010

¿SE ME VE LA ETIQUETA?

El tres por uno en gafas me va a matar. Soy un indeciso, ya me cuesta elegir una, elegir tres es una tarea titánica. Lo fácil es descartar las que no quiero. Las que llevan la marca enorme y bien clarita, si algo odio es sentirme como un conductor de fórmula uno. Se lo comento a la dependienta la cual me apunta que precisamente, esas que detesto, son las más caras. ¿Qué extraña perversión lleva a la gente a convertirse en hombres anuncio? No son sólo las gafas, por todas partes veo bolsos con la silueta de un oso, polos con reptiles y franjas de calzoncillos con el nombre de una persona que no corresponde a la que los viste (anotación que no tiene nada que ver con el tema: je, esto me recuerda cuando de pequeños las madres nos cosían las iniciales en las etiquetas, ¿lo harán las de ahora?). No lo entiendo, la gente que hace publicidad lo cobra y bien, vosotros no sólo no veis un duro por ello sino que encima pagáis un plus.

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