martes, 1 de abril de 2008

RELAX

Ahora que todo el mundo vuelve a su puesto de trabajo con la cara larga porque se le han acabado las vacaciones (ese último coletazo en Valencia que es San Vicente), va y yo cojo unos días de relajación. Hay dos filosofías posibles en cuanto a los días de ocio, la primera es "este es mi tiempo libre, voy a aprovechar cada minuto en hacer cosas". Eso es lo que suelo hacer cuando me voy de viaje, la pega es que vuelvo al curro más cansado que salí.

La segunda, que es la que me he tomado estos días, "este es mi tiempo libre, NO VOY A HACER NADA". En serio, perder el tiempo unos días hay que hacerlo de vez en cuando en la vida, vale la pena por la recarga de pilas que supone. Es cojonudo levantarse pensando, "¡Dios! ¡Llego tarde!" y luego percatarse de que en verdad no has de ir a ningún sitio y puedes continuar en la cama, zzzzzzzzzzzz.

Lástima que todo se acaba, la semana que viene me levantaré pensando, "¡Dios! ¡Llego tarde!" y ¡será verdad!

Carpe Diem... bueno o quizás no siempre ;-).

¡Nadie fastidia las vacaciones de mi familia salvo yo! ¡O tal vez Bart!

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