jueves, 17 de abril de 2008

MIL PALABRAS

Una buena imagen hace que te olvides del resto. Lo típico de que vende más el frasco que el contenido. Supongo que es por ahorrar espacio memorístico. Nos viene una morena guapísima de penetrantes ojos azules a nuestro trabajo , momento en blanco, cuando se despide nos roza un poco la mano con su dedo indice(¡que honor!) y... bueno, recordaremos justo eso. Olvidaremos por completo el hecho de que relleno los formularios mal, nos hizo repetir el proceso cuatro veces y nos toco esperar a que mantuviese una conversación telefónica de media hora con Dios sabe quién. Por supuesto también nos dio el cambio mal, pero cuando no cuadró la caja le echamos la culpa al señor gordo y bajito que, además, tenía cara de mala persona, ;-).

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