La pasada semana atendí a un informático en el curro con el que mantuve una animada charla de la evolución de estos trastos que usáis para leerme (decid todos: ¡Gracias, Bill!). Mientras yo tomaba la comunión emocionado ante la perspectiva de un Amstrad pantalla verde e interminables horas de juego al “Target Renegade”, él era un adolescente lleno de acné que prefería pasar la tarde jugando a con su Comodore que con una Amiga (pedazo juego de palabras).La conversación ya me cansó cuando el tipo se las dio de visionario asegurando que, en aquellos años locos, él era el único que sabía que esto de los ordenadores lo iba a petar en el futuro que hoy en día llamamos presente.
¿Y quién no lo sospechaba, amigos? A fin de cuentas era lo que todo el mundo decía por entonces. Lejos de contradecirle decidí ensoñarme e imaginarme como se lo llevaban unos loqueros mientras él vociferaba a grito pelado “¡Les advertí pero nadie me hizo caso! ¡Y ahora soy yo quien ríe el último! ¡WAHAHAHAHA!”.
Papa, esto de ‘formating C:\….40%’ , ¿es bueno?
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