martes, 26 de abril de 2011

AL OTRO LADO DEL ESPEJO

Cuando era crío me nutría de los cómics de mis tíos. Recuerdo en una ocasión ojeando un tebeo de Spiderman me dio un susto de muerte. Resulta que en uno de los bocadillos de pensamiento el superhéroe se dirigía a mí, con las palabras: Querido lector... Solté el tebeo y eché a correr, de haber dispuesto de gasolina y cerillas habría convertido en cenizas dicha historieta. ¡Spiderman no sólo era consciente de que su vida no era real, si no que también era consciente de que un retaco de 5 ó 6 años cotilleaba sus devenires de vez en cuando!

No hay comentarios: