domingo, 30 de enero de 2011

FICCIÓN DE BECARIO DE REVISTA

¿No tenéis la sensación a veces de que las cartas a los consultorios sexuales de las revistas son fruto de la imaginación de un becario? No son como los test, ni el horóscopo que normalmente los hace un profesional titulado XD. Vale, igual no los hace un becario, pero siempre he imaginado que este tipo de tareas le ha caído a uno de esos recién llegados.

Es más hace unos años, en cierto periódico gratuito, publicaron sobre los Tauro: "todos los hijos de p@#$ de este signo van a morir acuchillados hoy." Y mi imaginación vio claramente como al becario de turno, tras meses de falsas promesas y peleas con la maquina de café, lo había tirado a la calle un jefe nacido allá por mayo.

¡Un saludo a todos!

miércoles, 26 de enero de 2011

QUINCE MINUTOS


A mucha gente le encanta salir en la tele. Le ponen una cámara delante y los ojos se les hacen chiribitas. No hay más que ver a todos esos jubilados que sacan en las noticias diciendo que el asesino en serie que vivía en el séptimo derecha parecía un tipo normal que decía los buenos días y todo (algún día molaría que uno dijese, ¡ya sabía yo que ese personaje se llevaba algo entre manos!). Para el caso, yo lo odio.

Tengo una experiencia con el tema, el año pasado salía yo del metro en Valencia cuando me percate de que había un tipo filmando. Me detuve de un modo extraño inclinando quizás demasiado la pierna y poniendo una cara extraña del tipo "¡Qué hace esa cámara ahí! ¿Echo a correr antes de que me coja o ya es demasiado tarde?". Pues era demasiado tarde. Horas después mientras sorbía la sopa de fideos y veíamos mi abuela y yo las noticias, veo mi cara en los avances de una titulada SEXO en el metro. Casi se me salen los fideos por la nariz.

Está visto que un tipo manipulo un panel de información del metro de modo que se conectaba a una página pornográfica (noticia de alcance mundial). Encima mi amago extraño cuando vi la cámara era todavía más extraño de lo que pensaba, eso unido a mi cara extraña... vamos que parecía idiota, sólo me faltaba tropezarme para que pusiesen un sonido cómico de esos que salen en los dibujos animados.

Por supuesto el lunes cuando volvía al trabajo, el policía de la puerta me dijo "Hombre, Joselito, si te vi el otro día por la tele". Seguro que si salgo en la tele siendo premiado por el nobel no lo ve ni el tato, oye, je.

domingo, 23 de enero de 2011

LA TERMODINÁMICA Y DIOS

Durante un cuatrimestre tuvimos unas "divertidas" clases de Principios de Termodinámica en la facultad. Recuerdo pocas cosas del tema, ya que la materia se me antojaba un poco farragosa, pero si me acuerdo de una clase en la que hablamos acerca de la entropía. Para el que no lo sepa se trata de una variable que indica el grado de desorden (más o menos). El tema es que dicha magnitud física tiende a aumentar con el tiempo, de modo que todo cada vez está siempre más desordenado. Según mi profesora, algunos físicos estimaban que esto demostraba la existencia de un ser superior, en el cual la entropia sería cero. Apostilló también que esto eran chorradas, y que creer en la existencia de dicho ente supremo dependía más de cada uno que de una ecuación.

A pesar de lo superfluo se me quedó el tema en la memoria y... por supuesto no cayó en el examen! Esta manía que tiene mi cerebro de guardar a buen recaudo todo dato absurdo que cae en sus manos y traspapelar los importantes.

lunes, 17 de enero de 2011

MALOS HUMOS

El marketing puede ser una cosa brutal. Hace mucho tiempo, hubo una campaña viral consistente en hacernos creer que inhalar humos tóxicos por una pequeña chimenea de papel nos dotaba de una irresistible aura sexual. Te fumabas un “piti” y automáticamente pasabas a ser Humphrey Bogart. Es más, un cigarrillo era la línea con la que trazar la diferencia entre un niño/a y un adulto hecho y derecho. Lo que no nos contaban aquellos apuestos cowboys fumadores era que el humo del tabaco te mata lentamente, produce cáncer, amarillea los dientes, genera impotencia y no sé cuántas cosas más, todas malas.

El caso que ya sabemos todo eso, lo ponemos bien grande en las cajetillas. A los vaqueros los jubilamos y a Humphrey le pusimos un parche y le dimos un chupachup. Pero, ¡oh, sorpresa! La gente sigue con el vicio. En ningún sitio nos dirán que fumar es una cosa cojonuda, toda esa campaña mediática de “joder, mira ese tipo con pitillo, es encender la cerilla y el aforo femenino del local gime de placer” y “joder, mira como esa ejecutiva atractiva de gafas, inteligente como pocas, se enciende un cigarrito mientras sube las escaleras mecánicas del aeropuerto. Sin duda se dirige a una reunión de suma importancia en Nueva York, Tokio, Hong Kong o el cinturón de Orión”. Pero a pesar de todo, inconscientemente la sociedad piensa que es así. Pues eso, el marketing puede ser una cosa brutal… y ¡dura más que una mancha de picota en la blusa!

miércoles, 12 de enero de 2011

IRONÍA ENTRÓPICA

Por fin te dispones a ordenar tu habitación. Derribas la trinchera de libros, y colocas cada uno en su estante (sin ninguna lógica eso sí, lo del orden alfabético déjaselo a los bibliotecarios y a los pirados). En una bolsa, echas todos esos papeles que no tiraste “por si acaso”, a pesar de que ni tú mismo sabías a qué te referías con eso. Retirados un sinfín de trastos, descubres que el color de tu mesa es marrón y no blanco como pensabas, ¡qué cosas! Te sientes valiente, así que abres los cajones de la nostalgia, te encuentras con entradas de conciertos que te sacan los colores, fotos de cuando no se veían hasta que se revelaban, postales y cartas… la mayoría facturas. Echas las facturas a la bolsa. Ya puestos, sacas brillo con la escoba y el mocho al suelo. Hale, satisfecho una parte de ti piensa que no será difícil mantenerlo así si llevas cuidado, la otra se ríe a carcajada limpia, ya que sabe que en una semana estará igual o peor.

Al día siguiente, un papelito que te hace falta ha desaparecido. La policía dice que has de esperar 48 horas para darlo por perdido, pero tú y yo sabemos que o bien está perdido en el misterioso mundo de Narnia o, probablemente, acabo ordenado junto con otros papeles importantes en la basura.

sábado, 8 de enero de 2011

14:30 DE LA TARDE

Este verano una amiga y yo hablábamos acerca de aquellos tiempos en que el mundo era tan pequeño como un patio de colegio y un cuarto de los juguetes. De cómo, por aquel entonces, el mundo se paraba a eso de las 14:30 para plantarse delante del televisor a ver que se contaban los pitufos, los snorkles, los diminutos, Willy Fog, David el gnomo y demás gente. Hablábamos de esa sensación, de esperar ver algo con muchas, muchas ganas. De como esos sentimientos hoy no existen, sustituidos por el tenerlo todo y ahora. No sé si los niños de ahora serán más felices la verdad, pero los de nuestra generación parece como que valoramos más esos pequeños detalles de cuando eramos... pues eso, pequeños. Y no me refiero sólo a los dibujos animados ;-).

No sé dónde leí que te pasas toda la infancia corriendo por ser mayor y una vez llegas te pasas el resto de la vida queriendo recuperar esa sensación de cuando eras un crío y eras feliz imaginando que una caja de zapatos era una base espacial (por ejemplo).